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jueves, 30 de julio de 2015

Salón de lectura.- "El peso del corazón", de Rosa Montero. El regreso de @BrunaHusky

Creo que de todos es sabido aquí mi admiración por esta gran escritora y mejor persona, Rosa Montero.
En este blog queda constancia de mis comentarios (por orden de publicación de la opinión) sobre algunas de sus obras:
 
 "El corazón del tártaro".- http://educacion-ne.blogspot.com/2013/09/salon-de-lectura-rosa-montero-el.html

Tengo que hacer los deberes y seguir comentando más obras, pero por cercanía en la publicación y por el impacto que me dejara Bruna Husky en su primera aparición, tenía muchas ganas de leer esta segunda: "El peso del corazón". 

Ha sido un regalo de cumpleaños (gracias, Jose) este 12 de julio, y de la facilidad de su lectura y de su interés dan fe el hecho de poderlo comentar ya. Lo digo porque solo leo de noche, en la cama, antes de que el cansancio me pueda y me traiga el anestesiante y reparador sueño; leo para sumergirme en otro mundo, relajarme, olvidando los problemas cotidianos, y conocer una nueva perspectiva.

Reconozco que tenía ganas de leerlo en cuanto supe de su publicación, y esto tiene un peligro, porque si te gustó mucho el primero, la saga puede no responder a las espectativas, decepcionarte (por algo dicen que segundas partes nunca fueron buenas)... No es el caso, en absoluto.

Para los que no han conocido antes a "nuestra" rep, uso las palabras que incluí para presentarla en el comentario a "Lágrimas en la lluvia":

Año 2109, Madrid, Estados Unidos de la Tierra, una replicante (rep), un ser artificial más humano que muchos humanos. Una obsesión: saber que sus días están contados y conocer, además, la terrible muerte que le espera, el TTT. Un destino: ser rep de combate. Una naturaleza: conocer que sus recuerdos, su memoria, son ajenos, implantados para darle una personalidad, una razón de ser, que sabe positivamente falsos, y una realidad: su combate no es contra otros, sino contra ella misma, contra su condición, su destino y sobre todo, con la levedad del ser que marca su tiempo, su trayectoria vital inevitable, inexorablemente, sin que pueda hacer nada por cambiarlo.
Entre tanto, una sociedad, unos amigos, unas circunstancias y una lucha: la vida. Cómo, a pesar de saber que nuestros días están contados, la despilfarramos agobiándonos, aferrándonos a unos recuerdos falsos, a unas certezas dudosas y a un dolor: la soledad, la ausencia. Y ante todo y sobre todo, la esperanza, que hace que valga la pena vivir, investigar, pelearse para desentrañar injusticias, rencores, prejuicios y fobias.

 
Como el ambiente y la protagonista son los mismos, esto vale. Pero la novedad es el paso a más que da la autora para entrar en la complejidad de un futuro no tan lejano, para tratar el peligro de la energía nuclear y ahondar en la problemática de los residuos nucleares (tan actual por otra parte, que los noticiarios nos hablan estos días de uno de esos 'cementerios radiactivos' en Villar de Cañas (Castilla-La Mancha).

Bien, nos han puesto muy fácil destacar la importancia de la temática que es el telón de fondo de la trama de "El peso del corazón", que Rosa desmenuza con la seriedad que pone en cada investigación.
Pero lo que no es tan fácil es desentrañar de nuevo la lucha de esta ¿ingenua? replicante hecha para combatir y que, sin embargo, está más dotada para el verbo AMAR en todas sus acepciones por la tremenda carga de humanidad que hay en ella, y que achaca a las memorias 'reales, aunque no propias' que conforman sus recuerdos y vivencias.

Sea como fuera, el amor a la niña, la capacidad de fantasear para disfrazar un mundo cruel, para embellecerlo, el amor sexual, el amor al amigo... ocupan un primer plano  que interesa tanto o más que la investigación para la que contratan a la protagonista, ya de por sí interesante y bien llevada.

De nuevo, pues, los afectos, la lucha por la vida, el 'carpe diem' frente a la dictatorial sabiduría de conocer no sólo que hemos de morir, sino la fecha concreta, el cuándo y el cómo sucederá. También la vejez, la amistad, la injusticia con la infancia y con nosotros mismos, la dictadura de la religión fanática, la enfermedad y la muerte...

En fin, "El ininterrumpido ir y venir del tigre ante los barrotes de su jaula para que no se le escape el único y brevísmo instante de la salvación" (Elías Canetti, sic. Rosa Montero).

Para terminar, me permito hacer mías las maravillosas palabras que terminan el libro:
"A veces pienso (...) que formamos un todo capaz de moverse al unísono a través del éter, como un cardumen de peces en el mar del tiempo. Qué pena que, pese a esa profunda y delicada sintonía, no consigamos dejar de matarnos los unos a los otros".

De nuevo, y una vez más, gracias, Rosa.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Salón de lectura.- "Instrucciones para salvar el mundo". Rosa Montero

"La vida es bella, disparatada y dolorosa. Esta fábula para adultos intenta disfrutar de la belleza, colocar el dolor y reírse de ese disparate formidable". Rosa Montero.
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Así presenta su autora este auténtico retrato de la soledad, del conformismo, del fracaso asumido y aceptado, de la renuncia a disfrutar de lo poco que la vida nos da o nos puede dar si sabemos captarlo, apreciarlo cuando llega.
No sé dónde leí que la felicidad es una mariposa que se posa en tu hombro un instante y echa el vuelo para no volver... y creo que de esto trata esta novela.
Rosa Montero, una vez más, capta nuestra atención sobre unos personajes absolutamente cotidianos, anónimos, que rescata de su patina camufladora para dotarlos de la importancia que adquiere un ser vivo cuando lo está, cuando se hace presente con sus grandezas y defectos, mínimos por su  cotidianeidad, intrascendentes casi en el fluir de acontecimientos sociales que envuelven nuestro día a día, pero fuertes, transcendentes y con la fuerza de un terremoto para remover hasta el fondo los cimientos y convicciones de un taxista enamorado que no acepta la vida sin su mujer, un médico que, al contrario, no sabe porqué sigue con su compañera cuando hace tanto que caminan por separado, y sus contrarias, sus opuestas, una emigrante prostituta que se aferra a lo que la vida le da porque ha conocido lo más bajo de ella, y una anciana que en el final del camino descubre lo importante de seguir viviendo.
Los personajes secundarios y avatares de la acción, prenden nuestro interés y nos enredan en ese remolino que poco a poco reúne a los protagonistas en un lugar común: un bar "de madrugada", noctámbulo, cercano a un club de alterne.
No sé qué varita mágica hace a Rosa Montero convertir en humanidad cualquier tema que toca. El dolor de la vida, la muerte, el desengaño, la apatía de vivir, están siempre presentes, pero junto a ellas la esperanza, la fe en que es posible algo mejor y la confianza en el ser humano, en la fraternidad, en esa preciosa teoría del compartir átomos que entenderemos solo con su lectura, porque es una obra para ser leída más que para ser contada.
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Este libro ha llegado a mis manos como regalo de cumpleaños de una manera maravillosa, una mariposa posándose en mi hombro en el momento adecuado. Gracias.

domingo, 14 de julio de 2013

Salón de lectura.- "La hija del caníbal" de Rosa Montero.


Puedo afirmar sin ninguna duda que el artista (el músico, el cantante, el pintor, el arquitecto, el alfarero... y todos los que quieran recordar) y, en este caso concreto, el escritor -la escritora- nacen con ese don... Si no lo tienen, ná q'asé, que dirían más abajo de Despeñaperros . Pero es que además, se hace, tiene que hacerse para pulir ese don y conseguir algo bueno. Y se lo dice a Udes. alguien que lleva casi tres años (eso, si no incluimos que la idea empezó en mi adolescencia con un relato que escribí a mano en unas páginas mecanografiadas por detrás para aprovechar el papel -aún no se llamaba reciclaje, más bien tacañería; pero lo era, seguro que sí-) que rescaté y que intento convertir en una novela decente.

¿Qué a qué llamo "decente"? No me lo pregunten: no lo sé. Supongo que estará lista cuando me vea conforme con ella en fondo y forma.

Bien, perdonen la digresión. Decía que el artista se hace, y que el acto de escribir no es tan sencillo como tener una idea y plasmarla en un papel. Y lo digo porque esta novela, "La hija del caníbal",  (debo reconocer que solo he caído ahora, al releerla, porque la primera vez 'pasé' de ello) empieza ya en el prólogo a tener interés. Y es que de repente Rosa te cuenta, como quien no hace la cosa, que para crear las memorias del anciano personaje compañero de la protagonista, de mote -taurino y guerrero- Fortuna, ha leído ni más ni menos que diez libros y un artículo. Lean, lean y cuenten por si he puesto de menos, porque de más, seguro que no.

Y es que así es como se hace una novela: con trabajo y esfuerzo.

Dicho esto, y añadiendo, como de pasada, la pasmosa facilidad con que Rosa Montero nos recrea biografías, ya sea en "La ridícula idea de no volver a verte", que ya comenté, como en "El amor de mi vida" y otros, que ya comentaré, vamos a la razón de esta reseña: "La hija del caníbal".

Lucía Romero, escritora, se va de viaje a Viena con su esposo, Ramón, y éste desaparece en los urinarios del aeropuerto momentos antes de la salida. Aunque llama a la policía, se embarca o se ve obligada a embarcarse, en una sucesión de imprevistos y sucesos propios de novela negra que se ven aderezados por la brusca irrupción (intromisión) en su vida, de unos vecinos: un hombre demasiado joven para sus efectos y afectos, Adrián, y otro demasiado mayor , el octogenario Félix, apodado Fortuna o Fortunita, según el caso.

Pero no, ese puede ser el resumen del argumento, sí, pero no es eso lo que quiero plasmar aquí: sería demasiado superficial.

Quiero hablar de sensaciones, de conclusiones, de actos de la vida en los que me he visto reflejada y de remordimientos, prejuicios y formas de actuar en los que también... ¿Y cómo, si de ninguna manera me he visto envuelta en algo ni tan siquiera parecido? Pues en la riqueza y finura de matices y reflexiones de la protagonista, que unas veces en primera persona y otras en tercera, nos va acercando a una mujer absolutamente normal, anodina a veces, creativa en otras, despectiva, amorosa, pedante, tonta, inteligente... eso, una mujer normal, con la que no parece difícil identificarse. Y es que estoy de acuerdo cuando dice:

La vida, como diría Adrián, uno de los personajes de este libro, está llena de extrañas coincidencias.

Con finos rasgos humorísticos que me han hecho sonreír y hasta soltar la carcajada en ocasiones:

¿pero no sabes que los maridos siempre muestran una curiosa tendencia a volatilizarse cuando entran en los retretes públicos?

(...) antes de que las cosas pudieran aclararse el Caníbal ya había recibido un par de guantazos. Terminamos todos en comisaría. Creo que el Caníbal no me ha perdonado aquello todavía, aunque después se pasó muchos años repitiendo: «Esta chica ha salido como yo, va a ser actriz.» Pero también en eso se equivocó.

(...) De manera que el núcleo del erotismo de Lucía Romero, la base de su supuesto encanto, es un fragmento de carne renegrida y defectuosa, una equivocación de la epidermis, un cúmulo de células erróneas (...) 

Cáustica y dura en otras y hasta cruel, diría yo, en descripciones como -sin ir más lejos- las del principio, al hablar de las viejas viajeras, zascandiles, supersónicas,(...) ancianas volanderas en el aeropuerto; descrita una de ellas:
encajada en su silla (de ruedas) como una ostra en su concha y era una pizca de persona, una mínima momia de boca desdentada y ojos encapotados por el velo lluvioso de la edad.

E intercaladas a lo largo de la obra:

(...) pierde de repente a su marido en los urinarios de un aeropuerto y no tiene a nadie a quien recurrir. Qué drama tan ridículo, qué lugar tan desairado el de las mujeres abandonadas, viudas sin viudez, hembras que se desesperan esperando.

(...) cogí el teléfono y tecleé el primer número, que además se repetía varias veces:
—Hola, amor... Te estaba esperando... Estoy desnuda, y me he pintado los pezones de rojo para ti... —susurró una voz rasposa al otro lado.
Eran teléfonos eróticos. Ramón tenía un móvil clandestino para que le dijeran guarradas al oído.(...)


O reflexiones acerca de la vida del matrimonio:
 
Creo que esos momentos de ternura y compenetración (su juego protector encajando como en un rompecabezas con mi miedo) fueron lo más cercano a la pasión que Ramón y yo hemos vivido.

(La última vez que Ramón me había dicho «te quiero mucho» fue cuando le operaron del apéndice.)

Ahora comprendía por qué no me había separado de mi marido: aunque me aburriera con él, aunque me exasperara, Ramón era el aliento animal de mi guarida, el cobijo elemental del otro de tu especie, unos ojos que te ven y una presencia cómplice frente al terror de la intemperie, frente a ese mundo exterior lleno de tormentas, violentos huracanes y cataclismos.

De la mujer:

Lucía callaba demasiado, consentía demasiado, asentía demasiado; era asquerosamente femenina en su silencio público, mientras por dentro la frustración rugía. Lucía envidiaba a aquellas mujeres capaces de imponerse y de pelearse dialécticamente en el espacio exterior, siempre tan desolado. Como Rosa Montero, la escritora de color originaria de la Guinea española: era un tanto marisabidilla y a veces una autoritaria y una chillona, pero abría la boca la tal Rosa Montero (dientes deslumbrantes en su rostro redondo de luna negra) y la gente callaba y la escuchaba. Lucía hubiera deseado ser así, un poquito más animosa y más segura.

De la pérdida de atractivo:

(...) yo me teñía las canas de la cabeza, y me daba cremas reafirmantes en el pecho, y tenía celulitis en las nalgas, y por las noches, encerrada a cal y canto en el cuarto de baño, me quitaba los malditos dientes para lavarlos. ¿Alguna miseria más? Pues sí: manchitas en el dorso de las manos, el interior de los brazos pendulante, arrugas insufribles en el morro, las mejillas alicaídas y apagadas.

Y por si fuera poco lo dicho para demostrar que la novela no tiene desperdicio, los intervalos de acercamiento a la figura del anarquista, del anarquismo, y particularmente, de Durruti, personaje tan admirado por mi padre, que mientras le leía "Un millón de muertos" de José Mª. Gironella (tras la lectura, claro está, de "Los cipreses creen en Dios") escuchaba e iba intercalando comentarios, recordando anécdotas de sus propias vivencias durante la Guerra Civil española y esperaba con impaciencia que llegara el momento en que se hablara de él.

Como la propia Rosa Montero reconoce en sus escritos, tal vez haya páginas que se pudieran borrar de un plumazo sin que la historia perdiera -acaso, tal vez ganara- ritmo e interés. Es cierto. Pero les aseguro que no es mi admiración por la autora la que me lleva a decirles, tras esta segunda lectura (habrá más, seguro, porque las situaciones anímicas del lector nos llevan a obtener conclusiones distintas, a fijarnos en detalles no observados anteriormente que, cuando una obra nos gusta, nos lleva a releerla pasado un tiempo) que la obra es muy agradable e instructiva, y que el acercarse a ella será una sabia decisión.

viernes, 11 de noviembre de 2022

Garabateando: Escribe con Rosa Montero

A medias entre la verdad y la mentira y en clave de humor Rosa Montero en  La loca de la casa (Alfaguara, 2003) nos desvelaba ya la vanidad del escritor, su deseo de posteridad, los fantasmas que persiguen al autor novela tras novela, y también el tormento y el éxtasis, el sufrimiento y la vergüenza de ese “extraño ser” que es el novelista, que no puede evitar la sensación, cada vez que publica una nueva obra, de que se ha arrancado un pedazo de hígado y lo ha colocado encima de la mesa, “delante de la cual –dice Montero– van pasando los demás, que comentan despiadadamente lo que les parece”. (Fuente)

Dicen los entendidos que el libro que nos ocupa - "Escribe con Rosa Montero"(Alfaguara, 2017) es un canto de amor al cuaderno, al instrumento principal que la autora utiliza para escribir a mano, con pluma, para anotar detalles, para dejar correr su imaginación.
Pero sucede que este 'cuaderno' está lleno de tan buenos consejos y adornado con unas ilustraciones tales que sería un delito -en nuestra opinión, claro- emborronarlo con nuestros garabateos.

Puede (debe) convertirse, eso sí, en libro de referencia y consulta cuando, parafraseando a Serrat, las musas se olviden de uno.

Su entrañable dedicatoria en la pasada Feria del Libro de Madrid:
"Para mi amiga Marian este cuaderno de notas. Ahora, ¡llénalo!"

Veamos algunos de los consejos y propuestas vertidos en él y escuchemos luego a nuestra simpática autora hablando sobre el oficio de escribir, seguro que podemos tomar buena nota de quien, como ella, escribe y desarrolla una fecunda labor periodística desde su Periodismo y literatura (Guadarrama, 1973) y su novela Crónica del desamor (1979) hasta llegar a ser Premio Nacional de las Letras 2017.

"Ten siempre a mano un cuaderno de notas (...) una pequeña libreta en el bolsillo. Durante un mes haz al menos una anotación al día. Una observación sobre alguien que veas; un pensamiento; un apunte para un cuento o una escena".
"No obligues a tus personajes a hablar por ti".
En un texto de ficción "Los silencios, las ausencias pueden ser tan elocuentes como las palabras".
"Si no aprendes algo de tus textos, si no tienes la sensación de haber puesto un poco de luz en tus sombras, es que lo que has hecho no es suficientemente bueno".
"Lee mucho. Reescribe mucho. Piensa mucho"
"A García Márquez le devolvieron su primer manuscrito dieciséis editores". "En realidad, el camino de la literatura es amargo, decepcionante y a menudo humillante. Pero escribir es maravilloso".

 Contraportada: "Juega con las palabras. Disfruta. Vuela"



miércoles, 3 de enero de 2018

Garabateando: Rosa Montero

En este nuevo enfoque que queremos dar al blog para dejar las efemérides como un círculo cerrado en el 2017 (renovarse o morir) pretendemos -como ya habrán ido viendo- crear una sección diaria. Y quisiera estrenar ésta con una escritora querida y admirada por quien esto escribe por su trayectoria personal y humana: Rosa Montero.
Y le dedico esta sección que comienza en este día (cuando ha protagonizado tantas páginas de este blog), por ser en el que naciera en 1951. Por tanto, fecha de su cumpleaños.
Desde finales de 1976 trabaja para el diario El País, en el que fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980-1981, y lleva la columna semanal "Maneras de vivir".
Comentadas por mí, tras su lectura, están las novelas:  
Amado Amo (1988), 
  El peso del corazón (2015), y en muchas de ellas conservo su dedicatoria manuscrita.
 Actualmente está en la promoción de "La carne" (2016), obra sobre el paso del tiempo y la necesidad de amor, físico también, pasados los 60. Creo que en ella subyace, como en muchas de sus obras, el temor al terrible peso de la soledad.
Que se vea a simple vista, tiene tatuadas una bandada de pájaros en el brazo izquierdo y una salamandra en el derecho, un aire de niña terrible en el brillo de su mirada, su sonrisa franca y su inimitable modo de vestir tan personal, tan libre, tan sin modas, tan como ella es y tan como escribe.
Una perrita entre sus brazos en la Feria del libro de Madrid de 2016 y una afirmación rotunda en la del 2017: "nada de la RAE, no quiero saber más".


Y es que en esa cita obligada para poder estrecharle las manos y verla de cerca (seguirla ya lo hago en sus Twitter y Facebook, red en la que un 'me gusta' acompaña a cualquiera que comente, y hasta una respuesta personal que retrata lo que le llega al corazón y muestra lo que tantos no hacen: es ella misma la que lleva esa que llama 'su ciudad', próxima a los 120.000 habitantes. Me encanta cómo sabe compartir y dar belleza a la vista desde esas frías ventanas de hotel y su casi frenética actividad),  y el que siempre haya en esa cita un espacio y un tiempo para contestar a mis preguntas y unas cariñosas palabras que volcar en su dedicatoria.
Me quejé de que no la quisieran como académica de la lengua, cuando tanto aire fresco - y sabiduría- podría aportar, y con un cierto aire de "qué-se-le-va-a-hacer" y una mueca entre despectiva y triste, me respondió que ya no iba a optar más a ello. "Ellos se lo pierden" le respondí, y volvió a aparecer su faz risueña, optimista, viva. La verdad es que todos lo perdemos.
Me regaló una de sus obras en mi cumpleaños y dejó -ya la tenía- una impronta en mi corazón que nunca dejará de existir mientras yo exista.
Quisiera poder decir que lo he leído todo de ella y creo que sería del todo falso porque cuando empecé a seguirla más de cerca con 'La loca de la casa', 2003 (ya la había conocido con 'Te trataré como a una reina', 1983), comprobé la imposibilidad de poder abarcar todo lo que da de sí su fecundidad periodística a través de sus entrevistas (que me encantan), sus biografías (que me fascinan) y sus artículos (que transmiten energía y vida), pero lo he intentado y sigo en ello.
Admiro a Rosa Montero -sé que se nota y quiero que se note :)-, y disfruto cualquier reconocimiento a su figura, como el Premio Nacional de Literatura. Sin pertenecer a ninguno de sus círculos cercanos, pero más cercana seguro que muchos, aquí me tiene y me tendrá mientras ella quiera.
¡Feliz cumpleaños!
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https://youtube.com
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domingo, 19 de mayo de 2013

Salón de lectura.- "Lágrimas en la lluvia" de Rosa Montero.

Soy una lectora empedernida y bastante anárquica. Cuando me decido por un libro -hablo de mis lecturas nocturnas, de entretenimiento, tumbada en la cama antes de dormir- me dejo llevar por autores, pero no los leo compulsivamente, quiero decir que no leo todo lo que caiga en mis manos de un mismo autor... Una vez que lo conozco, lo dosifico y me acerco a su obra por lo que los títulos me dicen (normalmente nunca leo las críticas, sino que prefiero acercarme por intuición, sin saber qué me voy a encontrar, sólo por acercarme de nuevo a ese autor-a);  y así ha sido esta vez con Rosa Montero.

Terminé el libro anoche y repito lo que escribí en un microrrelato: Rosa dejó de hablarme. Deseaba sus palabras, quería más… Inaceptable, injusto abandonarme así. Pero hube de cerrar el libro.

Acabo de escuchar a la propia Rosa en varios vídeos del 2011 (YouTube) hablando de "su" Bruna Husky (siempre dice "mi" Bruna). Antes de escribir esta crónica quería conocer su visión: contrastar qué quiere decir el autor cuando escribe y qué percibe el lector cuando se acerca al escrito. Y, ahora sí, indagar en las críticas. Me entusiasma ver cómo el acto de la lectura hace una obra inmortal, capaz de decir mucho y diferente a cada lector.

Pues bien: aparte de conocer a Rosa por sus artículos, me acerqué a ella como lectora por primera vez hace años con "La loca de la casa" y me encantó esa frescura y espontaneidad que quiero para mí en lo que escribo, aunque no acierte con el "quid" que convierte lo narrado en oscuro objeto de deseo para el lector general. Supongo que me falta la garra que ella transmite... En fin, dejo de divagar.

Año 2109, Madrid, Estados Unidos de la Tierra, una replicante (rep), un ser artificial más humano que muchos humanos. Una obsesión: saber que sus días están contados y conocer, además, la terrible muerte que le espera, el TTT. Un destino: ser rep de combate. Una naturaleza: conocer que sus recuerdos, su memoria, son ajenos, implantados para darle una personalidad, una razón de ser, que sabe positivamente falsos, y una realidad: su combate no es contra otros, sino contra ella misma, contra su condición, su destino y sobre todo, con la levedad del ser que marca su tiempo, su trayectoria vital inevitable, inexorablemente, sin que pueda hacer nada por cambiarlo.

Entre tanto, una sociedad, unos amigos, unas circunstancias y una lucha: la vida. Cómo, a pesar de saber que nuestros días están contados, la despilfarramos agobiándonos, aferrándonos a unos recuerdos falsos, a unas certezas dudosas y a un dolor: la soledad, la ausencia. Y ante todo y sobre todo, la esperanza, que hace que valga la pena vivir, investigar, pelearse para desentrañar injusticias, rencores, prejuicios y fobias.

Eso es todo lo que he recibido de esta obra, ni más ni menos. A lo mejor no aporto mucho, pero no puedo decir más para -metafóricamente- no descubrir al asesino y romper la intriga. Pero eso sí: mi invitación a su lectura, que va más allá de una novela policíaca, que lo es; de una novela de ciencia ficción, que lo es, pero no (ya lo veréis, porque dice verdades como puños acerca de lo que nos espera tan solo 100 años después, a partir de lo que somos hoy); de una novela psicológica que indaga, araña y retuerce, que da en la llaga -aunque duela- sobre la condición humana. Todo eso es "Lágrimas en la lluvia", agua disuelta en el agua, que no se ve, pero que está ahí. Y una frase:

"Todo lo cual era muy doloroso pero también muy bello. Y la belleza era la eternidad."

Gracias, Rosa.

martes, 30 de mayo de 2017

Cristina Sánchez-Andrade, Rosa Montero, Rosa Ribas, Lorenzo Silva. La biblioteca aumenta

Mes del libro, nuevas lecturas en la mesilla.

Presentación de "Alguien bajo los párpados" de Cristina Sánchez-Andrade por Soledad Puértolas, nada menos, en la Librería Alberti.


Feria del Libro de Madrid.

"La Carne" y "Escribe con ROSA MONTERO"


"La luna en las minas" con ROSA RIBAS.


"Recordarán tu nombre" con LORENZO SILVA.


Desde luego, compartiremos experiencias en nuestro Salón de Lectura.

lunes, 5 de agosto de 2013

Salón de lectura.- "Historia del Rey transparente", de Rosa Montero.

En esta obra, publicada en el 2005 por la editorial Alfaguara, nos encontramos envueltos en las andanzas de Leola, campesina inmersa en los avatares de la sociedad del s. XII, "sierva de la gleba", predeterminada por nacimiento y condenada sin esperanza a trabajar los campos para un señor feudal dueño de sus vidas y haciendas.
 
Época de enfrentamientos, guerrillas, asaltos, duelos, torneos... época de los hombres de hierro que, envueltos en sus más o menos brillantes y ricas armaduras, hacían de las suyas allá por donde pasaban, en defensa de un supuesto honor, que mantenían familias enfrentadas en sangrientos encuentros rutinarios mientras esquilmaban, dañaban y empobrecían a los que sin comerlo ni beberlo tuvieron la desdicha de nacer sin blasón, es decir, sin honra.
 
A Leola le quitan el novio, literalmente, al movilizar a sus parientes masculinos para una de esas luchas... Se queda sola y no se resigna, por lo que decide ir a buscarlo y ponerse la armadura de uno de los caballeros muertos que halla por el camino. De esa guisa, se interna en un mundo eminentemente masculino por el que sería imposible caminar como mujer. Jugando con acierto entre el papel masculino adoptado y el real.
 
Y sin embargo, se encuentra tremendas y poderosas mujeres como la bruja Nyneve, la noble Dhuoda, que tanta influencia tienen en nuestra protagonista, o la reina Leonor, madre del poderoso Ricardo Corazón de León y hasta la Eloísa de Abelardo...
 
La historia comienza por el final y condensa en esas primeras líneas lo que ha de ser su desarrollo:
 
Soy mujer y escribo. Soy plebeya y sé leer. Nací sierva y soy libre. He visto en mi vida cosas maravillosas. He hecho en mi vida cosas maravillosas. Durante algún tiempo, el mundo fue un milagro. Luego regresó la oscu­ridad. La pluma tiembla entre mis dedos cada vez que el ariete embiste contra la puerta. Un sólido portón de me­tal y madera que no tardará en hacerse trizas. Pesados y sudados hombres de hierro se amontonan en la entrada. Vienen a por nosotras. Las Buenas Mujeres rezan. Yo es­cribo. Es mi mayor victoria, mi conquista, el don del que me siento más orgullosa; y aunque las palabras están sien­do devoradas por el gran silencio, hoy constituyen mi única arma.
 
Y a través de sus peripecias, nos adentra Rosa en ese legendario mundo de Cruzados, Caballeros de la mesa redonda (o cuadrada, ¡qué mas da!), Inquisición, cátaros y... castillo de Montsegur.
 
Hay que ver qué casualidades y qué atractivo el de esos personajes que perecieron en la hoguera tras un feroz asedio por defender sus creencias. Y lo comento porque ya me había encontrado con esas "buenas mujeres" y "buenos hombres" en obras como "La sangre de los inocentes" de Julia Navarro, que también comenté en su día, o la "Brida" de Paulo Coelho, sin conocerlos históricamente más que de pasada.
 
Pues bien, y volviendo a lo que nos ocupa, una vez más Rosa Montero nos deleita con una estupendamente conseguida figura de mujer, en un estudio psicológico e histórico que capta desde el principio nuestra atención e interés, atrapándonos en la red de su lectura con una serie de personajes secundarios de gran fuerza, como puedan ser el tonto, el gigantesco, Caballero Oscuro -tratado con tanta ternura-, el duro e inflexible Maestro, el herrero León, o el retorcido Doctor Angelical, fray Angélico.
 
Interesante también ese Libro de las Palabras que escribe nuestra protagonista, con definiciones sin desperdicio:
 
"Esperanza: pequeña luz que se enciende en la oscuridad del miedo y la derrota, haciéndonos creer que hay una salida. Semilla que lanza al aire la sedienta planta en su último estertor, antes de sucumbir a la sequía. Resplandor azulado que anuncia el nuevo día en la interminable noche de tormenta. Deseo de vivir aunque la muerte exista."
 
Y por último, y bastante importante, ya que da título a la obra: la historia del rey transparente. Historia que condena a la muerte a quien se atreve siquiera a iniciar su relato, historia que solo conocemos completa al final, y aún así, inacabada, concluye con un acertijo.
 
En fin, de nuevo tengo que decir chapeau a mi admirada escritora y, desde luego, animarles a su lectura.
 

miércoles, 3 de enero de 2024

3 de enero -#Cuadrantidas. @BrunaHusky.

 LLUVIA DE CUADRÁNTIDAS. Son visibles entre el 28 de diciembre y el 12 de enero. 

  Reciben el nombre de la desaparecida constelación de Quadrans Muralis, que ocupaba parte del actual Boyero. Se piensa que proceden del asteroide 2003 EH, que se cree que fue a su vez el cometa C/1490 Y1 que observaron astrónomos chinos, japoneses y coreanos hace unos 500 años. 

Entre el 1 y el 5 de enero, ocurre una de las lluvias de estrellas más importantes de cada año: las Cuadrántidas. Esta puede alcanzar hasta 120 meteoros por hora. En este 2024, el pico del evento sucederá el día 4, y podrá apreciarse el esplendor del mismo en las horas previas al amanecer.(Fuente)

Autores del s.XX en las lenguas españolas (y Premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha 

 
- de 1951, nuestra admirada Rosa MONTERO, periodista y escritora española.
Estudió Periodismo y Psicología. Colaboró con grupos de teatro independiente como Canon o Tábano, a la vez que empezaba a publicar en diversos medios informativos como Fotogramas, Pueblo o Posible.
 Desde finales de 1976 trabaja para el diario El País, en el que fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980-1981, y lleva la columna semanal "Maneras de vivir" .
 Su primer libro de ficción, la novela Crónica del desamor, apareció en 1979.  En los años posteriores ha publicado una quincena de ellas, además de relatos y obras dirigidas a los niños.
Comentadas por mí, tras su lectura, están las novelas: Amado Amo (1988), El corazón del tártaro (2001), La hija del canibal (2003), Historia del Rey Transparente (2005),  Instrucciones para salvar el mundo (2008),  Lágrimas en la lluvia (2011),  La ridícula idea de no volver a verte (2013) y  El peso del corazón (2015).
 "La carne" (2016), obra sobre el paso del tiempo y la necesidad de amor, físico también, pasados los 60 en la que subyace, como en muchas de sus obras, el temor al terrible peso de la soledad.
Posteriormente ha publicado "Los tiempos del odio" (2018), continuación de la saga que protagoniza la 'rep' Bruna Husky (junto a "Lágrimas en la lluvia" y "El peso del corazón") y los relatos Hombres (y algunas mujeres) (2019). La buena suerte (2020). El peligro de estar cuerda (2022). La desconocida (
2023).
Recopilación de artículos: Lo mejor de Rosa Montero (2005), El amor de mi vida (artículos publicados entre 1998 y 2010 en El País, 2011) y Dictadoras. Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia (2013), Nosotras: Historias de mujeres y algo más (ilustraciones de María Herreros) (Edición ampliada de Historias de mujeres. 2018). El arte de la entrevista. 40 años de preguntas y respuestas (2019).
Ha recibido el Premio José Luis Sampedro 2016 por el conjunto de su obra.
En 2017 fue galardonada con el Premio Nacional de las Letras, concedido por el Ministerio de Cultura. También este año recibió el Premio a la Trayectoria Profesional, concedido por el Club Internacional de Prensa y el Premio Internacional de Periodismo Manuel Alcántara, Universidad de Málaga.
En el 2018 ha sido nombrada Profesora Honoraria del Departamento Académico de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y en el 2019 ha recibido el Premio Internacional de Periodismo Ciudad de Cáceres 2019, por el artículo Una ballena varada en una playa publicado en El País Semanal el 9 de diciembre de 2018, el Premi Llig Picanya 2019 a toda su trayectoria, el Premio Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras 2019, el Premio Leyenda 2019, otorgado por la Asociación de Librerías de Madrid, Premio a la solidaridad "Juan Antonio González Caraballo" 2020, Premio CEDRO 2020 por su compromiso permanente con la defensa de la cultura y la propiedad intelectual. Premio Iberoamericano ASICOM-Universidad de Oviedo 2022, Premio Festival Eñe 2022 y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2022.
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Con un ojo entusiasta y otro amedrentado...

(...)Y, aunque a estas alturas ya sé que la felicidad es sobre todo la ausencia de dolor, se me ocurren algunas cosas que me gustaría que sucedieran en los 12 meses venideros. Son deseos o propósitos modestos, personales, nada descomunal tipo la paz en el mundo o cosas así. He aquí unos cuantos.
No verter, ni yo ni mi gente querida, una sola lágrima de dolor en todo 2017. Los únicos llantos admitidos son de emoción o de risa.
(...) ¡Aprender a perder el tiempo! Vivir cada día como si fuera el último, porque, como dice Woody Allen en su más reciente película, algún día acertaré.
(...) Reírme más, sobre todo de mí misma. Ya se sabe que no debemos darle tanta importancia a nuestros problemas: nadie más lo hace.
(...) Ser más consciente de que lo único que existe es el aquí y el ahora, el momento justo que una está viviendo. Intentar hacer cada día algo que esté fuera de la rutina, algo pequeño y propio, algo nuevo
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- de 1959, Rafael ARRÁIZ LUCCA, ensayista, poeta, historiador y profesor venezolano.
En noviembre de 2005 ingresa en la Academia Venezolana de la Lengua, ocupando el sillón V. Desde 1997 hasta 2010, escribió semanalmente una columna de opinión en el diario El Nacional.
Obtuvo el Premio Municipal de Literatura 1993 con la obra poética El abandono y la Vigilia.
El Gobierno de España lo condecoró, el 2007, con la Orden de Isabel La Católica en su grado de Comendador, siendo ésta la Orden más alta que puede recibir un extranjero en España.
 Recopilación de su poesía es Obra Poética [1983-2004] (2004).
Entre sus ensayos: Puertas adentro (2007), Literatura venezolana del siglo XX (2009).
Literatura infantil y juvenil: ¿De dónde viene el chocolate? (1998), Me llamo Caroní y traigo un secreto (2004), Armando Reverón (2006).
Otras obras: El "trienio Adeco" (2011), Las constituciones de Venezuela (2012), Venezuela: 1498-1728: Conquista y urbanización (2013), Pesadumbre en Bridgetown (poemarios, 2014),  
Venezolanos excepcionales : diez entrevistas (2015), Civiles (2014), El poder y el servicio : ensayos de historia política y empresarial de Venezuela (2015), El petróleo en Venezuela (2016), La otra búsqueda (2018).

En los controles de la lavadora
seleccioné el programa B lento
para algodón, lino y cáñamo,
esperé la conclusión de los pasos de la máquina.
dispuse luego la secadora
en su programa rápido,
planché con atención todos los dobleces
como repasando su cuerpo entero con el hierro,
coloqué sus cosas blancas
en la misma maleta que trajo hace diez años.
Horas después apareció por la puerta,
le ofrecí las últimas palabras de mi amor
entregándole la ropa limpia en la maleta,
le dije adiós
para siempre.
('Servicio completo' y La petit mort)

Fallecieron en esta fecha
,
- de 2003, José María GIRONELLA, escritor español nacido un  31 de diciembre de 1917.
Al comienzo de la guerra civil huyó del territorio republicano a Francia, para luego entrar en la zona nacional y unirse al ejército de Franco. Pensó que cuando terminara la contienda alguien debería escribir por qué se produjo, en qué había consistido y cuales serían sus consecuencias. Concibió la trilogía, que luego sería tetralogía, con una singular perspectiva y un gran deseo de imparcialidad.
Tras la concesión del Premio Nadal por Un hombre (1946) advirtió que le faltaba formación intelectual, experiencia, madurez humana. Cerró la librería de lance que regentaba e impulsado por Magda, su esposa, se fueron a París. Allí aprendería lo que le hacía falta. Y allí podría escribir la primera parte de su trilogía sobre la guerra: Los cipreses creen en Dios (1953).
Cuando escribía el segundo tomo de la trilogía, Un millón de muertos, empezaba a superar una grave crisis de salud. Se dijo que estaba loco, pero nunca estuvo más cuerdo. Después de la tetralogía escribió otras novelas y muchos libros de sus viajes por el mundo. Su última novela, El Apocalipsis -seiscientas páginas- la terminó de escribir a los 83 años, después de haber superado una hemiplejia.
Su principal obra es la tetralogía sobre la Guerra Civil, formada por Los cipreses creen en Dios (1953), Un millón de muertos (1961), Ha estallado la paz (1966) y Los hombres lloran solos (1986), que obtuvieron un éxito notable. Falleció por una embolia cerebral tres días después de su 85 cumpleaños.

Día 1 de abril de 1939. «La guerra ha terminado». La guerra había durado exactamente treinta y dos meses y once días. El panorama de España era desolador. 
Imposible precisar el número total de víctimas habidas en los frentes y en la retaguardia.
 Tampoco podía conjeturarse las que ocasionaría en lo sucesivo la represión iniciada por los vencedores —«¡esto clama al cielo!», seguía gritando mosén Alberto — ni la gente que moriría por haber contraído alguna enfermedad. Según cálculos del doctor Rosselló cabía presumir que, sólo de tuberculosis, sobre todo en la España que fue «roja», sucumbirían, a consecuencia del hambre sufrida, muchos millares de personas. ¡Oh, sí, la guerra era una amputación! Amputación de cuerpos y de almas. En efecto, el número de almas muertas en la vorágine era también muy elevado. Las de los que fueron asesinos. Las de quienes andaban repitiendo una y otra vez: «ni olvidaremos ni perdonaremos». España, de punta a cabo, de Galicia a Cataluña, de Bilbao a Tarifa, se había convertido en una inmensa fosa, sobre la que el cardenal Gomá podía trazar una definitiva cruz. 
Materialmente, el desastre era también incalculable. Aparte la expoliación de las reservas de España y las deudas que satisfacer a Alemania e Italia, el país había quedado convertido en solar y se tardaría mucho tiempo en restablecer los medios de comunicación. Los trenes, despanzurrados; las carreteras, intransitables; los puentes, hundidos. Franco parecía dispuesto a adoptar como se adopta a un hijo, como los Alvear habían adoptado a Eloy, una lista de ciudades y pueblos que habían sido borrados del mapa, con la promesa de reconstruirlos «alegres y sonrientes»: Madrid, Brunete, Belchite, y tantos y tantos. Ahora bien ¿con qué medios se llevaría a cabo eso? (Fragmento de 'Ha estallado la paz')

lunes, 17 de junio de 2013

Salón de lectura.- "La ridícula idea de no volver a verte"


“La ridícula idea de no volver a verte”. Rosa Montero. 
Prometí a Rosa Montero, cuando la saludé en la Feria del Libro de Madrid, que comentaría sus obras en Wikipedia. Yo era una más entre la multitud de fans que, estoy segura, la saludan con alguna frase como: “yo soy fulanito-a que la saludé en…, que la sigo en…” pretendiendo que ella (con la que llama su “memoria de mosquito”) recuerde pormenorizadamente a tantos y tantos de quienes la seguimos. Así la saludé yo, es inevitable:

-Yo soy la lectora “anárquica” que comentó su “Lágrimas en la lluvia”.

-Ah, sí, ¡qué gracia! –tuvo la amabilidad de comentar con una sonrisa mientras me escribía una tierna dedicatoria en la que incluyó lo de "anárquica"...

Soy consciente de que ella es UNA; yo, una más que intentaba con esa presentación salir del anonimato para lograr una mayor cercanía. Innecesario; porque ella es cercana, porque escribe tal y como es, y es tal y como escribe. Y aunque se confiese tímida para referirse a sí misma en sus escritos, yo diría que en toda su obra está ella misma. No lo puedo describir de otra forma.

Me dedicó “El amor de mi vida”, que voy leyendo a retazos porque, como ella también reconoce, me he acostumbrado al libro electrónico que tanto peso –literal- nos quita. Y como, además, mis libros de “recreo” los leo de noche, en la cama, antes de dormir; sin duda se agradece mucho más. Así que voy leyendo los capítulos… bueno, eso lo dejo para cuando comente el libro.

El caso es que soy de las que cumplo. Así que cuando quise ponerme a la tarea de hacer los referidos comentarios, y aunque he leído casi todos sus libros, pensé que el “casi” no valía y que era mejor empezar por el final, ya que tendré que releer los conocidos – lo que sin duda será un placer- y leer los que por un motivo u otro nunca han llegado a mis manos lectoras.

Y, claro, para empezar por el final debía comenzar por éste.

Vale, ya lo he leído. Y ahora ¿cómo empiezo su comentario?

Lo más fácil es usar sus propias palabras:

“No todo es horrible en la muerte, aunque parezca mentira (me asombro al escucharme decir esto).
Pero éste no es un libro sobre la muerte.”

Y es cierto: es un libro sobre el duelo, la ausencia, la difícil maniobra de rellenar el increíble, profundo, abismal espacio que deja la muerte, esperada o no. Es un libro sobre los vivos.

En una ocasión, tras un viaje que hice con mi padre, recientemente viudo, tan afectado por la súbita e inesperada muerte de mi madre dos días después del atentado de Atocha (es decir, el 13-M del 2004), cuyos efectos provocaron un infarto masivo; escribí –me desahogué- sobre lo que supuso para mí el viaje que hicimos él y yo a Almería, al pueblecito donde ella nació y donde quería reposar con sus padres, y escribo:

Llegamos al pueblo a las 7 de la tarde. Un viaje largo y fatigoso a pesar de las pausas para estirar las piernas, comer… en fin, más de siete horas. No obstante, cuando llegábamos, me pidió si podíamos acercarnos al cementerio “a ver a mamá”. Naturalmente, la reja estaba cerrada. Aun así habló con ella:
- " Hola, chiquitica, ya estamos aquí. Tú que puedes, mira mucho por nosotros”.
Y rezó, moviendo los labios pero en silencio, mirando sin ver (estaba ciego) en dirección al interior, donde ella reposa, con las manos apretadas a la reja.
  Yo no podía rezar. Sólo esperaba y me sentía en ese momento como una extraña cuya presencia interfiere en una íntima escena de amor.
Cuando dijo: "Vamos, mira los horarios para ver cuándo podemos venir mañana", le ofrecí mi brazo y volví a ser su lazarillo.
   Entramos de nuevo en el coche, en silencio. Mientras bajábamos la empinada cuesta de camino al pueblo musitó:
-           "Dios mío, qué solos se quedan los muertos".
-           ¡Qué solos se quedan los vivos!, pensé yo.

 Y es sobre esto –ni más ni menos- sobre lo que trata “La ridícula idea de no volver a verte”. Marie Curie es un pretexto, una excusa para ir dando pinceladas sobre su propio dolor, la soledad del que queda vivo, la imposibilidad de que ese tiempo “que todo lo cura” cure de verdad. Suaviza, matiza, pone parches… pero el dolor sigue ahí, y aunque la vida te empuje, te ilusione, te haga reír inesperadamente, está permanentemente dispuesto a salir ante un objeto, un paisaje, un algo –cualquier cosa- que te lo vuelve a traer, añorándolo.

Por otra parte hay una estupenda y laboriosamente trabajada biografía, un minucioso análisis de una admirada figura de mujer, y unas pinceladas aquí y allá de un alma en carne viva, de un dolor patente y latente que podemos comprender perfectamente quienes hemos pasado -pasamos todavía (mi padre falleció hace un año)- por la pérdida de alguien muy querido.

No quiero -en realidad es mejor decir “no puedo”- comentar más. Si esto no te invita a leerlo, será que no es la ocasión. Cuando llegue, sin duda te sentirás reflejado en ella.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Salón de lectura: "Amado amo". Rosa Montero.

¿Han oido hablar alguna vez del coaching? ¿Del mobbing? Palabras inglesas que definen dos acciones creadas para construir el ejecutivo agresor y agresivo que la empresa actual demanda: habilidades directivas y el acoso laboral.
Nada de personalismos, de empatías (ponerse en el lugar de...), nada de opiniones propias, ni de contar con el trabajador, sino con sus resultados.
Esto es, ni más ni menos, lo que retrata Rosa Montero en esta novela en la que el protagonista, César Miranda, acaba sufriendo las consecuencias de la tensión vivida en la empresa, retratando los cambios de metros de despacho, calidad de la secretaria, puesto de aparcamiento, palabras del jefe y miradas de los compañeros, cayendo en una apatía y abulia que le llevan a la falta de recursos creativos, de iniciativa y hasta de aliento vital, hasta que, viéndose imposibilitado a ir siempre contracorriente, acaba cediendo, sucumbiendo ante aquello que siempre ha odiado y por lo que siempre había luchado.
Angustioso y acertado análisis, interesante panorámica en primera persona de las vivencias de un asalariado que ve peligrar su alto estatus al entrar en una espiral causa-efecto en la que es el lector quien debe juzgar si ha perdido su creatividad por la tensión y los miedos o viceversa.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Salón de lectura.- Rosa Montero. "El corazón del tártaro"

Publicada en el 2001 por Espasa, "El corazón del tártaro" tiene de nuevo como protagonista a una mujer, pero de nuevo también está rodeada de figuras masculinas que marcan su trayectoria vital y el desarrollo de la trama.

En esta manera anárquica con la que voy leyendo -y releyendo- las obras de Rosa, me he encontrado en esta obra con paralelismos (pensé: "¡la pillé!") con la Historia del rey transparente que la autora publicara cuatro años después (Alfaguara, 2005) y es que ella misma reconoce en esta última el atractivo que el periodo medieval ejercía en ella, hasta que se decidió centrar en él una narración.

Pues bien, el paralelismo que encuentro está en la historia de los hermanos que se causan la muerte el uno al otro abrazándose, y en la figura del retrasado. Nada más... Cada una de las historias tiene su trayectoria independiente, pero me ha hecho gracia y he querido contarlo como anécdota.

Está claro que el escritor narra poniendo su espíritu en lo que cuenta y ahí se encierran convicciones, creencias, modos de pensar, vivencias y gustos que quedan reflejados en su obra; en fin, todo aquello que le da su impronta y características individuales, su genio, y es precisamente lo que atrapa, lo que le da interés a un autor frente a otros. Lo que caracteriza a Rosa.

Vamos a la obra: La protagonista, que trabaja para una editorial en la edición de un texto medieval, (de ahí las coincidencias de las que hablaba) tiene un pasado turbio del que no sólo quiere huir, sino del que ha conseguido abstraerse hasta el punto de no recordarlo. Pero el pasado vuelve con tal fuerza que puede destruir su presente, como un tártaro invasor, como un infierno dantesco, e incluso acabar con su propia existencia.

En un principio parece la huida la única solución, empezar de nuevo su vida de cero, como ya hiciera una vez. Pero forma parte de ella, irá a donde ella vaya, así que Zarza decide enfrentarse a él, limpiarlo de algún modo, tal vez borrarlo para siempre y luchar por terminar con ello o morir en el intento.

El enfrentamiento con la realidad nos va descubriendo sus circunstancias familiares, la tremenda figura del padre dictatorial, tal vez abusivo (una vez más), la madre siempre enferma, la unión con su hermano mellizo, con el que se evadía de una dura realidad para crearse después otra aún peor en su dependencia de "la blanca", su ternura protectora hacia su inteligente -aunque retrasado- hermano autista y su distanciamiento con su 'tradicional' hermana van conformando un regreso a un pasado al que hay que volver para limpiar desde las raíces.

La dura realidad de la droga, del submundo, frente a la vida 'normal' que había conseguido. La figura enorme, increíble, por su generosidad (¿por su necesidad de romper con su aislamiento, con su soledad?) de Urbano, el carpintero,  y el ir y venir de personajes secundarios que, una vez más, te atrapan hasta la última página conformando ese mundo duro, cruel, contra el que hay que luchar porque en eso, al fin y al cabo, consiste el vivir. Es la lucha por la vida y el hecho inexorable de la muerte, constantes que nos transmite Rosa obra a obra, y que, creo, aquí se simboliza en el cubo de Rubí, y una conclusión:

" [...] sólo había una cosa que supiera con total seguridad, y era que algún día moriría. Pero tal vez para entonces hubiera descubierto que, pese a todo, la vida merece la pena vivirse."


Una vez más, un placer leerla.



martes, 16 de mayo de 2023

16 de mayo - #VLCNegra. Uslar Pietri, Juan Rulfo.

 En este día de 1703, falleció Charles PERRAULT, escritor francés creador de cuentos clásicos infantiles tan entrañables como “Caperucita Roja” o “El gato con botas”

Por otra parte, en el de 1929 se entregaron por primera vez los premios ÓSCAR en Hollywood (California).

Así mismo, en esta fecha de 2013,  WIKIPEDIA en español alcanzó el millón de artículos. Como saben, ésta es la fuente de la que "bebo" día a día para hacer estos artículos, por lo que puedo afirmar fehacientemente que junto a contribuciones muy meritorias, casi perfectas, encontramos verdaderos atentados contra la verdad y hasta contra las más mínimas reglas de redacción y ortografía, así como enlaces que no funcionan, datos incompletos que he debido completar por mi cuenta, etc.,  que contrastan con las exigencias que me encontré al querer contribuir... tantas, que me hicieron desistir.  Yo propondría un mejor y más proporcionado control y votaría a favor de calidad más que de cantidad ¿y ustedes?


Las manos tan pequeñas
, de Marina Sanmartín , Olor de difunt, de Ludmilla Lacueva y La señora March, de Virginia Feito, obtuvieron los galardones de Mejor Novela, Millor Novel.la y Best Novel, respectivamente, de la décima edición del festival VLC Negra (2022). 

La edición actual será presentada del 11 al 21 de mayo con la presencia de autores como Dolores Redondo, Rosa Montero, Víctor del Árbol o Lorenzo Silva entre otros muchos autores nacionales e internacionales, siendo el noruego Jo Nesbø el invitado de honor. Más información

Crisanta, de Juan Ramón Biedma (Alianza), Fletxes desviades, de Joan Carles Ventura (crims.cat) y La Dama, de Ragnar Jónasson (Seix Barral) han sido las obras ganadoras de los premios de novela de la undécima edición del festival VLC Negra. 

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Autores del s.XX en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha

- de 1906, Arturo USLAR PIETRI, abogado, periodista, escritor, productor de televisión y político venezolano, mundialmente reconocido, ha sido considerado como uno de los intelectuales más importantes del siglo XX en su país. Falleció un 26 de febrero de 2001.
En 1928, se producen dos acontecimientos que marcan la historia literaria y política nacional. En el primero, Uslar Pietri juega un papel de primer orden: el 5 de enero de ese año, se publica el primer y único número de la revista 'Válvula', en la cual, si bien participan 29 colaboradores, Uslar escribe cuatro de los textos incluidos, entre los cuales el editorial Somos y el artículo Forma y Vanguardia, son considerados como las piezas programáticas del movimiento vanguardista; y en septiembre, publica su primer libro de cuentos, Barrabás y otros relatos.
Los especialistas coinciden en afirmar que ambas publicaciones constituyen un punto demarcatorio en la literatura venezolana.
Luego llegaron, entre otras obras:  Estación de máscaras (novela, 1964), Treinta cuentos (Antología, 1969), Oficio de difuntos (novela, 1976),  El prójimo y otros cuentos (1978), Los ganadores (cuentos, 1980), La isla de Robinsón (novela, 1981), La visita en el tiempo (novela, 1990),  Del Cerro de Plata a los caminos extraviados (ensayo, 1994), El nombre y la identidad de América Latina (ensayo, 1994), ¿Existe la América Latina?  (ensayo, 1996).
Fue galardonado con, entre otros, el premio Príncipe de Asturias de las Letras (1990) y el Rómulo Gallegos (1991) por La visita en el tiempo.

¡Noche oscura! Venía chorreando el agua, chorreando, chorreando, como si ordeñaran el cielo. La luz era de lechuza y la gente del mentado Matías venía enchumbada hasta el cogollo y temblando arriba de las bestias. Los caballos planeaban, ¡zuaj!, y se iban de boca por el pantanero. El frío puyaba la carne, y a cada rato se prendía un relámpago amarillo, como el pecho de un Cristofué. ¡Y tambor y tambor y el agua que chorreaba! El mentado Matías era un indio grande, mal encarado, gordo, que andaba alzado por los lados del Pao y tenía pacto con el Diablo, y por ese pacto nadie se la podía ganar. Mandinga le sujetaba la lanza. ¡Pacto con Mandinga!
La voz se hizo cavernosa y lenta, rebasó el corro de ocho negros en cuclillas que la oían y voló, llena de pavoroso poder, por el aire azul, bajo los árboles bañados de viento, sobre toda la colina. Mandinga: la voz rodeó el edificio ancho del repartimiento de esclavos, estremeció a las mujeres que
lavaban ropa en la acequia, llegó en jirones a la casa de los amos, y dentro del pequeño edificio del mayordomo alcanzó a un hombre moreno y recio tendido en una hamaca. ¡Mandinga! Los ocho negros en cuclillas contenían la respiración.
(Así comienza 'Las lanzas coloradas')

- de 1918, Juan RULFO, escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52 y al movimiento literario denominado “realismo mágico”.

 En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía cuya acción se desarrolla en escenarios mexicanos. Sus personajes representan y reflejan el tipismo del lugar con sus grandes problemáticas socio-culturales entretejidas con el mundo fantástico.
La reputación de Rulfo se asienta en dos pequeños libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete pequeños relatos y publicado en 1953, y la novela Pedro Páramo, publicada en 1955.
Entre 1956 y 1958 escribió su segunda novela, El gallo de oro, que no fue publicada sino hasta 1980. Después de haber concluido sus dos novelas, Rulfo abandonó la escritura de libros.
Entre otros galardones, le fue concedido el Premio Nacional de Letras (1970) y el Premio Príncipe de Asturias en 1983. Falleció un 7 de enero de 1986.

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. «No dejes de ir a visitarlo —me recomendó—. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte». Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.
Todavía antes me había dicho:
—No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.
—Así lo haré, madre.
Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala.
(Inicio de 'Pedro Páramo') 


- de 1974, Jaume CLOTET PLANAS, periodista e historiador español.
 Es coautor, con Quim Torra, de Les millors obres de la literatura catalana (comentades pel censor) (2010) y de la novela histórica Lliures i morts (2012), con el periodista David de Montserrat. 
También ha publicado el cuento infantil La meva primera Diada y el reportaje «Voluntaris catalans a la guerra de Croàcia», publicado en la Revista de Cataluña en 2012.