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jueves, 2 de abril de 2020

Rivière.- Necesidades de las personas autistas.


Rivière, 2001. "Autismo. Orientaciones para la intervención educativa". Madrid, Editorial Trotta. p. 58-59)

1. Necesito un mundo estructurado y predecible.

2. Utiliza señales claras. Usa gestos evidentes, para que pueda entender.

3. Evita los ambientes bulliciosos, caóticos, o hiperestimulantes.

4. Dirígeme, no esperes mi iniciativa para establecer interacciones.

5. Evalúa objetivamente mis verdaderas capacidades y actúa en consecuencia.

6. Es fundamental que me proporciones medios para comunicarme.

7. Para tratar de evaluarme o enseñarme, tienes que entender que puedo jugar y compartir el placer con las personas.

Imagen de: http://ayudemosanicolau.blogspot.com.es


8. Muéstrame lo mejor posible lo que me pides que haga.

9. Proporciona a mi conducta consecuencias contingentes y claras.

10. No respetes mi soledad. Procura atraerme y ayúdame a participar .

11. No me plantees siempre las mismas tareas ni actividades. El autista soy yo, no tú.

12. Mis alteraciones de conducta no son contra ti.

13. Para ayudarme, tienes que analizar cuidadosamente mis motivaciones. Me  gustan las interacciones que entiendo, las que son estructuradas, y claras. Hay muchas otras cosas que me
gustan. Estúdialas primero. 
14. Lo que hago no es absurdo. Procura comprender la lógica, incluso de mis conductas más extrañas.
15. Enfoca la educación y el tratamiento en términos positivos sustituyendo conductas nocivas por otras más gratificantes. 
16. Ponme límites, negocia conmigo: me ayuda a saber que existes y que existo. 
17. En general, no interpretes que no quiero, sino que no puedo. 
18. Si quieres que aprenda, tienes que proporcionarme experiencias de aprendizaje sin errores. Adáptalas a mi nivel de desarrollo, y ayúdame a hacer con éxito las tareas que me pides. 
19. Pero evita las ayudas excesivas. 
20. Por ahora, mi problema se mejora sobre todo con la educación. Procura evitar excesos farmacológicos. 
 21. No me compares. Mi desarrollo sigue caminos distintos y quizá más lentos, pero se produce.
22. Ten en cuenta que dominar un signo, un sólo signo, puede cambiar mi vida por completo. 

23. Utiliza frecuentemente códigos viso-espaciales para enseñarme o hacerme entender las cosas.Por ejemplo, los pictogramas que muestran lo que se va a hacer y sirven como “agendas”. 
 24. Plantea actividades funcionales y que puedan tener algún sentido en mi trayectoria personal. 
25. Ten en cuenta que antes de ser autista soy niño, adolescente o adulto. Por muy grave que sea mi trastorno del desarrollo, es mucho más lo que me une que lo que me separa de las otras personas.


martes, 30 de abril de 2013

Un niño autista lleva cuatro años sin escolarizar por una batalla judicial


Llamativo titular.
Para quienes nos preocupa la enseñanza y la integración del niño en un entorno lo más normal y cotidiano posible, asegurándole todas las ayudas para su formación, no deja de ser por lo menos chocante el que esos padres nieguen a su hijo el asesoramiento de profesionales que quizás en estos cuatro años hubieran conseguido que el niño, autista, al parecer con un alto grado de retraso y necesitado de esa especial atención profesional, hubiera tenido ya la opción de integrarse en un centro educativo llamémosle normal.

Dado que la enseñanza en un centro especial es mucho más individualizada, especializada y adecuada a las características del alumno (y más cara, todo hay que decirlo) queda poco claro el trasfondo de la actitud de esos padres: ¿están marginando, desechando, a los posibles compañeros de su hijo en ese centro especial? ¿están pensando en segregar porque, supuestamente, pìensan que estar con otros niños de educación especial podría perjudicarle? Un año tras otro le han hecho las pruebas y dictaminado la necesidad de ese niño de asistir a un centro de este tipo... Realmente no puedo comprenderlo. Tras años colaborando en un centro de integración en el que al menos dos niños especiales por aula convivían con los demás, sé positivamente el esfuerzo que para el tutor-a supone la adaptación del conjunto de la clase a sus necesidades. La integración suponía (hablo de los primeros años de la LOGSE) hacer muchos cambalaches en el aula para que todos los alumnos salieran beneficiados: niños con hiperactividad, problemas familiares, down... convivían y participaban de la actividad común, recibiendo aparte de su clase, de otros profesionales, aquella atencíón que necesitara. Si el niño, por sus necesidades educativas, va a estar más tiempo fuera que en su clase ¿dónde está el beneficio para él?

No sé, pero hay veces que no llego a entender algunas actitudes (¿o hemos de llamarlas cabezonería?).

La noticia es la siguiente:
Un niño autista lleva cuatro años sin escolarizar por una batalla judicial
El Constitucional decidirá si el menor debe recibir la educación especial dictada por la Junta de Castilla y León.
Los padres pelean por una enseñanza inclusiva.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/29/actualidad/1367261686_954598.html