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domingo, 24 de enero de 2016

Leyendo el "Quijote". 1ª parte. Capítulo 6 (vídeo)

Capítulo sexto
Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo


Todavía dormía nuestro caballero cuando ya sus amigos, el ama y la sobrina se dispusieron a hacer limpieza en su biblioteca para librarle -un poco tarde, quizás- de los malos efectos que algunos podían haberle producido. Y así, analizando de uno en uno al principio y más en general después, hicieron tres apartados en los que Cervantes demuestra conocer ampliamente la literatura de su época y se permite, además, una crítica a sí mismo:
Imagen
Libros para conservar:

Los cuatro de Amadís de Gaula, por ser los primeros y no tener culpa de las atrocidades que hicieran sus seguidores.

Salva el Palmerín de Inglaterra porque "Todas las aventuras del castillo de Miraguarda son bonísimas y de grande artificio, las razones cortesanas y claras que guardan y miran el decoro del que habla, con mucha propiedad y entendimiento"

De Historia del famoso caballero Tirante el Blanco, comenta: "Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo es este el mejor libro del mundo; aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con otras cosas de que todos los demás libros de este género carecen."

De libros pastoriles, salva el cura La Diana de Gil Polo; de los diez libros de Fortuna de Amor, compuesto por Antonio de Lofraso, comenta: "tan gracioso ni tan disparatado libro como ese no se ha compuesto, y que por su camino es el mejor y el más único de cuantos de este género han salido a la luz del mundo".

De el Pastor de Filida "No es ese pastor, dijo el cura, sino muy discreto cortesano; guárdese como joya preciosa".

La Araucana de don Alonso de Ercilla; la Austríada de don Juan Rufo, jurado de Córdoba y el Montserrat de Cristóbal de Virues, poeta valenciano. "pueden competir con los más famosos de Italia: guárdense como las más ricas prendas de poesía que tiene España".

Ya cansados, iban a tirar el resto de libros cuando asoma Las lágrimas de Angélica, de Luis Barahona de Soto, que resulta también salvado "porque su autor fue uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España, y fue felicísimo en la traducción de algunas fábulas de Ovidio. "

Libros para quemar:

Las sergas de Esplandián, hijo legítimo de Amadís de Gaula
"Amadís de Grecia, y aun todos los de este lado, a lo que creo, son del mismo linaje de Amadís" "Pues vayan todos al corral, dijo el cura, que a trueco de quemar a la reina Pintiquiniestra, y al pastor Darinel, y a sus églogas, y a las endiabladas y revueltas razones de su autor, quemara con ellos al padre que me engendró, si anduviera en figura de caballero andante."

Don Olivante de Laura. El autor de ese libro, dijo el cura, fue el mismo que compuso a Jardín de Flores(...) solo sé decir que este irá al corral por disparatado y arrogante.
Les siguieron Florismarte de Hircania, El caballero Platir, El caballero de la Cruz, Bernardo del Carpio, Roncesvalles, Palmerín de Oliva, la Diana llamada Segunda del Salmantino, el Pastor de Iberia, Ninfas de Henares y Desengaño de Zelos.

Libros "en cuarentena" que no merecían ser quemados, pero convenía mantener aparte:

Al llegar a Espejo de Caballerías, arremete Cervantes contra los malos traductores "y aquí le perdonáramos al señor capitán, que no le hubiera traído a España, y hecho castellano; que le quitó mucho de su natural valor, y lo mismo harán todos aquellos que los libros de verso quisieren volver en otra lengua, que por mucho cuidado que pongan y habilidad que muestren, jamás llegarán al punto que ellos tienen en su primer nacimiento."
Don Belianís"Pues ese, replicó el cura, con la segunda y tercera y cuarta parte, tienen necesidad de un poco de ruibarbo para purgar la demasiada cólera suya, y es menester quitarles todo aquello del castillo de la fama, y otras impertinencias de más importancia, para lo cual se les da término ultramarino, y como se enmendaren, así se usará con ellos de misericordia o de justicia".

Pasan a otra sección de la biblioteca en la que hallan la Diana, de Jorge de Montemayor, y creyendo el cura que la poesía bucólica poco daño podía hacer, le advierte la sobrina de Don Quijote: "Bien los puede vuestra merced mandar quemar como a los demás, porque no sería mucho que habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo estos se le antojase de hacerse pastor, y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo, y lo que sería peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza" por lo que deciden reservarlo por las partes en prosa.

No desaprovecha Cervantes el "guardarse las espaldas" cuando de amigos se trata al comentar el Tesoro de varias poesías. "Como ellas no fueran tantas, dijo el cura, fueran más estimadas; menester es que este libro se escarde y limpie de algunas bajezas que entre sus grandezas tiene; guárdese, porque su autor es amigo mío, y por respeto de otras más heroicas y levantadas obras que ha escrito" y el Cancionero de López Maldonado, pero resulta curioso que incluya una autocrítica de su obra La Galatea "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro tiene algo de buena invención, propone algo y no concluye nada. Es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la enmienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega;"

Y así concluye este capítulo. ¡Seguimos!

viernes, 27 de noviembre de 2015

Leyendo el "Quijote". 1ª parte. Capítulo 5 (video)

Capítulo quinto
Donde se prosigue la narración de la desgracia de nuestro caballero


Aquí tenemos a Don Quijote donde le habíamos dejado: molido a palos y sin poderse levantar. Triste situación, sin duda.

Pero nada que no hubiera pasado a algún noble caballero en sus aventuras, y repasando en su recuerdo alguna parecida a la suya, recordó el romance de Baldovinos y el Marqués de Mantua en el que el primero, gravemente herido, fue rescatado por el segundo, su tío, que casualmente se había perdido por el bosque en mitad de una cacería.

Comenzó, pues, a recitar dicho romance nuestro protagonista y dio la casualidad de que le oyó un labrador vecino suyo. Verle y creer que era el mismo Marqués de Mantua fue todo uno, y mientras el hombre le ayudaba a levantarse y montar en su borrico cargando a Rocinante con la armadura, armas y los restos de la lanza, oía a su vecino dar quejas, primero como si fuera Baldovinos, luego, como el Abencerraje de "La Diana" de Jorge de Montemayor, según le pareciera más propio a la situación y a las preguntas que le hacía el labrador, no solo por su quejidos lastimeros, sino también asustado de su locura. Y aunque le intentó hacer ver que ninguno de los dos era alguno de aquellos personajes, "yo sé quien soy, respondió Don Quijote, y sé que puedo ser, no sólo los que he dicho, sino todos los doce Pares de Francia, y aún todos los nueve de la fama, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno de por sí hicieron, se aventajarán las mías"

Imagen En fin, decidió el preocupado vecino devolverle a su casa aprovechando la noche para que no le vieran en ese estado y "Llegada, pues, la hora que le pareció, entró en el pueblo y en casa de Don Quijote, la cual halló toda alborotada, y estaban en ella el cura y el barbero del lugar, que eran grandes amigos de Don Quijote, que estaba diciéndoles su ama a voces: ¿qué le parece a vuestra merced, señor licenciado, Pero Pérez, que así se llamaba el cura, de la desgracia de mi señor? Seis días ha que no parecen él, ni el rocín, ni la adarga, ni la lanza, ni las armas. ¡Desventurada de mí!."

Oyendo también los comentarios de la sobrina "Mas yo me tengo la culpa de todo, que no avisé a vuestras mercedes de los disparates de mi señor tío, para que lo remediaran antes de llegar a lo que ha llegado, y quemaran todos estos descomulgados libros (que tiene muchos), que bien merecen ser abrasados como si fuesen de herejes. Esto digo yo también, dijo el cura, y a fe que no se pase el día de mañana sin que de ellos no se haga auto público, y sean condenados al fuego, porque no den ocasión a quien los leyere de hacer lo que mi buen amigo debe de haber hecho." comprendió el labrador lo que le pasaba a Don Quijote, y sin querer llevarle la contraria, avisó a los que hablaban de a quién traía.

Y así fue cómo nuestro caballero regresó de su primera salida y se encontró reposando de nuevo en su cama y cómo el cura, al oírle relatar sus aventuras, se decidió a acabar de una vez con aquellos libros causantes de semejante locura.

¡Seguimos!
Autorizada copia total o parcial citando Educación, nuestro empeño 

viernes, 10 de julio de 2015

Leyendo el "Quijote". Parte 1ª. Capítulo 2. Llega a la venta. (vídeo)



ImagenCapítulo segundo
Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso D. Quijote


Bien, pues ya tenemos a nuestro caballero completamente decidido "y así, sin dar parte a persona alguna de su intención, y sin que nadie le viese, una mañana, antes del día (que era uno de los calurosos del mes de Julio), se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza, y por la puerta falsa de un corral, salió al campo con grandísimo contento y alborozo" .

No pasó mucho tiempo, ya que tantas y tantas vueltas daba al tema en su cabeza para que todo siguiera punto por punto las leyes de caballería, en que se diera cuenta de que le faltaba una de las condiciones principales: ¡nadie le había nombrado caballero! y así, difícilmente iba a poder hacer lo que quería.


No se echó atrás, sin embargo, y decidió "hacerse armar caballero del primero que topase, a imitación de otros muchos que así lo hicieron, según él había leído en los libros que tal le tenían". Dejándose Don Quijote llevar por Rocinante, pues no tenía una dirección determinada y creía que así dejaba más espacio a que fuera la suerte o el azar la que decidiera, Cervantes no puede evitar imitar irónicamente el lenguaje de muchos de los escritores barrocos describiendo la salida del sol:
"Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora que dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba".


A esas horas tan tempranas iba, pues, nuestro caballero por el campo de Montiel (comarca española de La Mancha baja) y pensando en aquel sabio a quien le correspondería escribir contando sus importantes hazañas y quejándose de los desdenes de su señora Dulcinea (a la que, recordemos, hacía mucho tiempo que ni veía ni hablaba; ajena totalmente al ascenso en su posición social gracias a las locuras de Don Quijote), aunque Cervantes juega con la supuesta historia del primer cronista de sus hazañas (el supuesto Cideamete Benenjeli que escribió el manuscrito encontrado por él), pasó el día sin que nada importante sucediese, más que el calor y el hambre con el que, ya al anochecer, encuentra una venta (lugares de reposo y descanso de caminantes, parecidos a nuestros actuales mesones y hostales) y a ella se dirige creyendo "que era un castillo con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata, sin faltarle su puente levadizo y honda cava, con todos aquellos adherentes que semejantes castillos se pintan." .


No se atrevía a ir más allá Don Quijote, aguardando a que alguien en el "castillo" anunciase su llegada, y "En esto sucedió acaso que un porquero, que andaba recogiendo de unos rastrojos una manada de puercos (que sin perdón así se llaman), tocó un cuerno, a cuya señal ellos se recogen,". Era la señal que Don Quijote esperaba y al ver que huían asustadas dos mujeres "de la vida" que en la puerta estaban, a las que -¡cómo no!- tomó por nobles damas e intentó tranquilizarlas con tal lenguaje y hechos que ellas, por su ridículo aspecto y su rara forma de hablar, comenzaron a reír.

Era Don Quijote muy orgulloso y esas risas le sentaron muy mal y tal vez hubiera llegado a mayores si el encargado de la venta, el ventero, viendo cómo iba armado, no hubiera usado sus mejores dotes de persuasión para convencerle de que descansase, aunque aclarando que no tenían habitaciones. A lo que Don Quijote, muy satisfecho, responde con dos versos del romance anónimo:

Mis arreos son las armas
mi descanso el pelear,

mi cama los duras peñas,
mi dormir siempre velar;
las manidas son oscuras
los caminos por usar,
así ando de sierra en sierra
por orillas de la mar,
a probar si en mi ventura
hay lugar donde avadar;
pero por vos, mi Señora,
todo se ha de comportar.


El resto del capítulo es duro, porque no para el autor de ridiculizar a nuestro protagonista a través de las bromas de las "doncellas" que pretenden desnudarle sin conseguir quitarle "la gola, ni quitarle la contrahecha celada, que traía atada con unas cintas verdes, y era menester cortarlas, por no poderse quitar los nudos" es decir, la parte de la supuesta armadura que cubrían su cabeza y hombros.

En fin, llega la hora de comer y "Pusiéronle la mesa a la puerta de la venta por el fresco, y trájole el huésped una porción de mal remojado, y peor cocido bacalao, y un pan tan negro y mugriento como sus armas. Pero era materia de grande risa verle comer, porque como tenía puesta la celada y alzada la visera, no podía poner nada en la boca con sus manos, si otro no se lo daba y ponía; " y en esa ridícula situación llega un castrador de puercos que hizo sonar "su silbato de cañas cuatro o cinco veces, con lo cual acabó de confirmar Don Quijote que estaba en algún famoso castillo, y que le servían con música, y que el abadejo eran truchas, el pan candeal, y las rameras damas, y el ventero castellano del castillo; y con esto daba por bien empleada su determinación y salida.".

Pero, aunque muy satisfecho, no podía estar tranquilo hasta que consiguiese lo principal: el ser armado caballero.

¡Seguimos!

lunes, 6 de julio de 2015

Leyendo "Don Quijote". 1ª parte. Cap. 1. Primera salida. (Video)


Capítulo Primero
Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo D. Quijote de la Mancha
 En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mismo, los días de entre semana se honraba con su vellori de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada (que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben), aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llama Quijana; pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.

Así es como empieza el libro. ¡Seguro que lo conocíais de sobra!. Pues bien, así es como nos presenta Cervantes a su protagonista: Un hombre de unos cincuenta años, muy delgado, de costumbres cotidianas y sencillas, no muy rico pero sí lo suficientemente acomodado como para tener un ama que atendiera la casa y un "mozo para todo".

El único problema que tenía este buen señor era su afición a la lectura de libros de caballerias, que tanto y tanto le gustaban que acabaron en una obsesión tal que creó en él la necesidad de salir como sus protagonistas en busca de aventuras "deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros, donde acabándolos, cobrase eterno nombre y fama."

Pero para ello necesitaba cumplir todos los requisitos, así que "Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín, y confirmándose a sí mismo, se dió a entender que no le faltaba otra cosa, sino buscar una dama de quien enamorarse, porque el caballero andante sin amores, era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma." convirtió en su amada a "una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque según se entiende, ella jamás lo supo ni se dió cata de ello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a esta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla DULCINEA DEL TOBOSO"

Y este primer capítulo dio origen a la obra mundialmente reconocida y apreciada.
¡Seguimos!

miércoles, 22 de mayo de 2013

Expresiones comentadas: "Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita"

Dado que hoy se conmemora en el santoral católico a Santa Rita de Casia, renuevo la explicación de este dicho tan conocido.

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Frase usada principalmente en el ámbito infantil y juvenil, esta sentencia - recitada en son de cantinela- se usa cuando alguien reclama algo que no se piensa devolver.

 Sabemos que el santoral y personajes bíblicos son muy citados en nuestro refranero. En este caso se nos cuenta que la santa en cuestión, Santa Rita de Cascia, abogada de los imposibles, fue recriminada así por una muchacha que le pedía novio. Al parecer hubo pretendiente, pero desapareció pronto.

 Así pues, podemos escuchar esta recriminación (claramente opuesta a la más resignada - atribuida al paciente Job- : él (el Señor) me lo dio, él me lo quitó...) cuando se reclama la devolución de aquello que hemos dado o prestado.

Tengamos en cuenta también, con relación a esto de los regalos y préstamos, que el refranero nos avisa: "lo olvidado, ni agradecido ni pagado"; por tanto, cuando nos sintamos generosos, mejor no esperar nada a cambio "haciendo el bien, sin mirar a quién". Seguro que nos llevaremos así menos decepciones.
   
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jueves, 2 de mayo de 2013

El libro espía.

O se está olvidando que el profesor debe fomentar la curiosidad del alumno para que éste investigue y descubra, y que el libro de texto es solo una herramienta más, o las Editoriales no quieren perder beneficios, que será lo más seguro.
 
Lo que me faltaba por leer: ¡Un libro espía! ¡Qué horror!
 
 Aunque partidaria 100% de las TIC en las aulas... En mi opinión, un buen profesor -sobre todo en los primeros cursos- puede que ni necesite libros de texto. Es lo que pienso.
 
Aquí podéis acceder al artículo:
 
 

viernes, 1 de marzo de 2013

Una lección para la administración educativa.

Llevaba tiempo detrás de ver esta película. No solo su temática, sino el hecho de que sea de libre distribución ya invitaba a acercarse a conocerla... y por fin accedí al enlace por casualidad y me puse a ello.

 No podéis figuraros cómo me enganchó y la capacidad didáctica y de lección para muchos maestros que supone, pues se trata de una reflexión extensa, desde muchos puntos de vista de educadores en distintos países y con ejemplos claros, de en qué falla una educación planteada desde el punto de vista administrativo, sin tener en cuenta al propio alumno-a, sus capacidades y diferencias.

 A pesar de que muchos la habréis visto ya, os la recomiendo. ¡No dejéis de verla y reverla!
 
Es: "La educación prohibida".
 
 

viernes, 25 de enero de 2013

69.- "Santa Rita, Rita... lo que se da, no se quita"


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  Frase que era usada principalmente en el ámbito infantil y juvenil, esta sentencia - recitada en son de cantinela- se usa cuando alguien reclama algo que no se piensa devolver.

 Sabemos que el santoral y personajes bíblicos son muy citados en nuestro refranero. En este caso se nos cuenta que la santa en cuestión, Santa Rita de Cascia, abogada de los imposibles, fue recriminada así por una muchacha que le pedía novio. Al parecer hubo pretendiente, pero desapareció pronto.

 Así pues, podemos escuchar esta recriminación (claramente opuesta a la más resignada - atribuida al paciente Job- : él (el Señor) me lo dio, él me lo quitó...) cuando se reclama la devolución de aquello que hemos dado o prestado.
 
Tengamos en cuenta también, con relación a esto de los regalos y préstamos, que el refranero nos avisa: "lo olvidado, ni agradecido ni pagado"; por tanto, cuando nos sintamos generosos, mejor no esperar nada a cambio "haciendo el bien, sin mirar a quién". Seguro que nos llevaremos así menos decepciones.
   
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jueves, 24 de enero de 2013

68.- "Separar el grano de la paja"

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De nuevo las labores del campo sirven a nuestro refranero para darnos un consejo: aprender a distinguir la calidad de la menudencia (1) antes de tomar una decisión.
  
Esta labor, realizada tras la siega de los cereales espigados y granados, no es tan sencilla - o por lo menos no lo era antes de la llegada de las máquinas-, pues una vez cortada la mies, había que trillarla (2) o pisarla con animales para que las hojas y la caña se desmenuzasen dejando caer el grano. Como es lógico suponer, todo quedaba revuelto en un manto a lo largo del sembrado.
  
Aventando ese manto, es decir, lanzando al aire los montones, la paja vuela al menor soplo de aire y el grano cae.

Aunque tanto el grano como la paja son de utilidad, se trata de dar "a cada uno lo suyo" y emplearlo en lo que corresponde, descubriendo lo que realmente se esconde bajo las apariencias o seleccionando lo que más vale entre la mediocridad.
  
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(1).- menudencia:

1. f. Pequeñez de algo.

2. f. Exactitud, esmero y escrupulosidad con que se considera y reconoce algo, sin omitir lo más menudo y leve.

3. f. Cosa de poco aprecio y estimación

 
(2).- trillar:

1. tr. Quebrantar la mies tendida en la era, y separar el grano de la paja.
 

domingo, 20 de enero de 2013

El fracaso escolar. 1. A vueltas con el informe Pisa.

Si hay algo que caracteriza al carácter español es que le "toquen" el amor propio desde fuera, y eso parece ser lo que ha sucedido con el informe PISA... y han entrado las prisas por justificar lo injustificable, por buscar los culpables, por ver la paja en ojo ajeno...

No nos engañemos: la culpa NO es de los profesores, NO de los alumnos, NO de los políticos, la culpa es de TODOS.


¿Que quieren decir aquello de : "yo soy yo y mis circunstancias"? Bien, lo admito. Es más, pienso que así es.


Desde mi época de estudiante he ido asistiendo a reestructuraciones en los planes de enseñanza, y opino que totalmente justificadas, porque los tiempos cambian y hay que ajustarse a ellos. Que se haya dicho que estábamos sujetos a los caprichos del ministro/-a de cultura correspondiente, que traíamos o adaptábamos planes educativos que se habían mostrado ineficaces en otros países, que... ¡es lo mismo!. Yo pasé por el examen de ingreso a mis 9 años, el Bachillerato con las pruebas de Reválida en 4º y en 6º necesarias para la obtención de los títulos de Bachiller Elemental y Superior, el primer COU, la primera Selectividad, y la Licenciatura en la casi recién estrenada UAM (Universidad Autónoma de Madrid).

Como madre y como profesora he vivido los EGB y BUP, FP, ESO... El estudio por medio de fichas en los que los chicos se limitaban a copiar, sin necesidad de memorizar o entender por estar ya señalado en el tema hasta en negrita o cursiva aquello que debian incluir como respuesta, muchas veces en el mismo libro para que fuera más accesible a los chicos (pobres, bastante sobrecargados estaban ya) , eso sí... con kilos y kilos de libros en su mochila, -contradiciendo ampliamente aquello de "el saber no ocupa lugar" - libros que, afortunadamente, no tenían que cargar porque no hacían falta deberes... luego, no hicieron falta exámenes de septiembre...

Y, mientras, unos padres sobrecargados de trabajo porque se necesitaban dos sueldos: uno para pagar la hipoteca o alquiler y otro para vivir...
Incoherencias entre la vida familiar y laboral como el hecho de que los padres debían salir a su trabajo a las 6 ó 7 de la mañana y los niños no tenían guardería o centros de preescolar hasta las 9 de la mañana (las 8 en el mejor de los casos), los descansos para la comida de 12:30 a 15 horas, mientras que los padres (en el caso de los afortunados que pudieran ir a casa a comer por trabajar cerca) terminaban su jornada matutina a las 14 horas... Item más, la salida de los colegios a las 5 de la tarde mientras los padres regresaban a casa a las 20 horas...
Resultado: descenso de la natalidad y cierre de colegios por falta de alumnos, niños educados por los abuelos o enseñados a estar en comedores escolares, clases extraescolares y/o solos ante la tele en espera de la llegada de los papás que, hartos de trabajar y con ganas de estar con sus hijos (uno o dos, normalmente), deseaban realizar con ellos actividades lúdicas antes de mandarlos a dormir a las 21 ó 22 horas; chicos que olvidaban lo aprendido -"cogido con alfileres"-, sin nociones de gramática ni ortografía...

Ahora, la inmigración ha elevado el número de niños en edad escolar y toda adaptación al cambio necesita de un proceso... Pero las clases de apoyo en el mismo Centro han resultado un fracaso más mientras los padres no disponen de tiempo para ayudarles ni de dinero para profesores particulares. 

¿Que los niños no saben leer, esquematizar, resumir?, ¿que los niños no comprenden lo que leen (tan importante para cualquier adquisición de conocimientos)?, ¿que se ha perdido el respeto a la figura del profesor?, ¿que los estudiantes conocen mejor sus derechos que sus obligaciones?, ¿que se rechaza una asignatura como educación a la ciudadanía (¿Hay que recordar que antes se llamaba Religión, luego fue Ética o también Estudio de las religiones?)?, ¿que sin conocer su propia lengua materna, ahora los alumnos deben ser forzosamente bilingües?...
Señores, seamos serios y dejémonos de "parches":
Para echar la culpa a los padres hay que proveerles del tiempo que necesitan para dedicarlo a sus hijos ( y éste, claramente, va mucho más allá de los tres meses de baja maternal): el núcleo fundamental de la Sociedad está en la "república independiente de cada casa" (jamás un slogan publicitario ha retratado tan elocuentemente una realidad).
Para echar la culpa a los profesores hay que mirar con lupa el sistema de oposiciones que premia a los que más "citas" son capaces de hacer y convierte a muchos en funcionarios de "vuelva usted mañana", sin vocación y sin habilidad de y para enseñar, y - lo que es peor- sin posibilidad de "echar marcha atrás" si es demostrada su manifiesta ineptitud (mis hijos se llevan 6 años y han tenido los mismos apuntes, ejemplos y ejercicios del mismo profesor/-a, amén de los mismos problemas). Y ya no entro en la enseñanza privada en la que prima en el mayor de los casos la brillantez de resultados (marketing), por lo que los niños con dificultades son relegados para que abandonen, aburridos, u ocasionen a sus padres más gastos en clases de apoyo para no menoscabar el prestigio del Centro... o abundan en ellos los profesores "multidisciplinares" - ya no digo no licenciados en la asignatura, sino hasta no idóneos- (por ejemplo, en mi caso personal, profesora titular de Lengua, Literatura, Filosofía, Hª del Arte y Latín en una Academia concertada; o a la que se le obligaba, si quería ser contratada como suplente en un prestigioso colegio de la zona Sur madrileña, además de impartir las clases, a acompañar a los chicos en el autobús y vigilarles en el Comedor).
Y, por último, para echar la culpa a los chicos hay que modificar antes cuidadosamente las circunstancias en las que han crecido y se han desarrollado con tan tremendas paradojas.

... Seguimos
 
 

viernes, 19 de octubre de 2012

41.- "Siempre hay un roto para un descosido"


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mariannavarro.net. RefranesAunque muchas veces lo he oído en casa como sinónimo de que siempre hay algún remedio o apaño para las cosas, o de que cada quién tiene quien comparta su forma de ser, es decir, que siempre puede encontrar pareja; también podríamos hallarnos ante un refrán paralelo al de "al perro flaco todo se le vuelven pulgas...", porque del descosido al roto hay poco trecho y si antes estaba mal, luego puede estar peor.

En otra acepción del mismo, cambiando algunas palabras, dice: "Vale tanto para un roto como para un descosido". Es decir, es una persona que se lleva bien con todo el mundo o que le resulta fácil arreglar cosas.
 
En cualquiera de sus acepciones, habrá que entrar en el mundo de la costura, tomar aguja, hilo y dedal y entenderemos la diferencia entre zurcir un roto o reparar un descosido.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
 
Ya comentado en nuestro salón de lectura, recomendaría ( no sólo por la relación de su título con nuestro tema) "El tiempo entre costuras" de María Dueñas. Un buen libro para conocer cómo vivió la España "del otro lado" (la del continente africano) los tiempos de nuestra desdichada Guerra Civil.
 
©"De abuelos a nietos". Mª A. Navarro
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miércoles, 17 de octubre de 2012

Refranes comentados: "Estar para el arrastre"

Como ya hemos indicado en otras ocasiones, cada refrán nuevo permanece en el Blog original hasta que le llegue su turno de ser trasladado aquí.
Nueva incorporación: la expresión "estar para el arrastre".
Para los impacientes. http://blog.mariannavarro.net/
Gracias.

miércoles, 10 de octubre de 2012

40.- "Hombre apercibido, medio combatido" u "Hombre prevenido vale por dos"

"Hombre apercibido, medio combatido"
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mariannavarro.net.Refranes
  Desde que vi esta foto, supe que era la más adecuada para este refrán: Si el camello "pincha", ahí está la bicicleta... ¿O será viceversa? :)

El caso es que la mejor manera de combatir y solucionar un imprevisto es estar preparado para ello, y así nos lo dice esta sentencia, que tiene el mismo significado  que el más conocido para todos: "Hombre prevenido vale por dos".

 Apercibir(1) tiene así mismo el sentido de avisar, por lo que nuestro refrán de hoy también puede reflejar un hecho de sentido común: que un hombre al que le han avisado de lo que puede suceder, ya tiene medio camino recorrido. Sin embargo, me inclino a adoptar la interpretación del que previene (pre-venir= antes de que venga, anticiparse a lo que puede suceder)

En cualquiera de los dos casos, es decir, en el de un "hombre prevenido, avispado" o un "hombre avisado", la conclusión es evidente si le damos un sentido general: es mejor no arriegarse (y consejos sobre esto hemos visto y veremos en nuestro refranero), no "ir a tontas y a locas", sino mirar bien el terreno que se pisa y tomar precauciones ante lo que pueda pasar. De muchos atolladeros nos libraríamos, evitando enredarnos en ellos.

 Hay una frase en la que yo insisto siempre: todos tenemos dos manos si hay que trabajar con ellas, pero solo quien está preparado "para más" puede hacer lo de más y lo de menos... Creo firmemente que cuanto más preparada esté una persona, más fácilmente podrá hacer frente a los reveses que se puedan presentar en su vida. Y esa preparación está claramente ligada a su formación cultural: Un pueblo culto, es un pueblo preparado.
 
Por lo demás, quien tenga ojos y oídos que vea y oiga...

 .*.*.*.*.*.

(1).- (De percibir).

1. tr. Prevenir, disponer, preparar lo necesario para algo. U. t. c. prnl.

2. tr. Amonestar, advertir.

3. tr. Der. Hacer saber a la persona citada, emplazada o requerida, las consecuencias que se seguirán de determinados actos u omisiones suyas.

4. tr. Psicol. Percibir algo reconociéndolo o interpretándolo con referencia a lo ya conocido.

 

lunes, 8 de octubre de 2012

39.- "A dineros pagados, brazos quebrados"

    mariannavarro.net.Refranes
  Hay veces que nuestro refranero desanima porque a menudo destaca por su falta de creencia en el ser humano.

 Tal vez sea porque un consejo es casi siempre un aviso ante algo desagradable, pero estaréis conmigo en que así suele ser muchas veces.

 Y aquí de nuevo entran en danza los intereses económicos para recomendarnos que no hagamos pagos por adelantado o nos podemos encontrar con que recibiremos aquello que hayamos pagado, tarde y mal.

 Menos mal que, como suele ser habitual, siempre podemos darle varios sentidos y entonces podríamos aplicarle el de "Quien paga, descansa" (cuando terminas de pagar una deuda) al que a veces se añade: "...y el que cobra, más"; como bien sabe quien ha tenido que pagar un monto importante, por ejemplo, para la compra de su casa.

 En fin, para quien gana el pan "con el sudor de su frente" es bien difícil eludir compromisos económicos a largo plazo y, por desgracia, sabemos que a veces lleva casi toda una vida el poderlos saldar, pero "Quien gasta y no gana.. ¿de qué comerá mañana?".

 Así que me temo que lo de los brazos quebrados(1), a no ser en la primera acepción, dura poco.
 
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Prototipo de la persona que se acaba endeudando tarde o temprano sería el del jugador, por lo que os traigo esta lectura del mismo título: "El jugador", de Fedor Dostoievski

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 (1).- De quebrar: roto, debilitado.

 

 

viernes, 5 de octubre de 2012

Espacio para vuestras dudas de LATÍN

Probablemente habréis llegado aquí desde nuestro Blog. Así que ya sabéis que con el fin de que todos podáis compartir los intercambios, este espacio servirá para ello.
Para los que llegáis aquí por otro camino, bienvenidos: podréis hacer preguntas, comentar o consultar temas de LATÍN que os interesen y no estén ya en nuestro blog.
Los comentarios necesitan moderación antes de ser publicados, así que basta con dar a "enviar" una vez. De este modo conseguimos dos cosas:
- Enterarnos de que ha llegado una nueva consulta, y
- Evitar salidas de tono, SPAM, etc... de quienes no saben respetar a los demás.
No os preocupéis, se os responderá.
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Por lo pronto, tenéis ya la respuesta a una consulta hecha en nuestro espacio de YouTube (buscad en las listas los vídeos referentes a Latín):
Pronunciación de las vocales en el latín clásico
Un saludo.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Cap. 42.

Capítulo cuadragésimo segundo:
Que trata de lo que más sucedió en la venta y de otras muchas cosas dignas de saberse

Acabó de contar su historia el cautivo y quedaron todos encantados con ella, ofreciéndoles su ayuda y la posibilidad de encontrar padrino de bautizo para Zoraida, mas el cautivo rechazó esos ofrecimientos por no molestarles, aun agradeciéndolos en lo que valían.

Llegaba la noche, y ya se preparaban para recogerse cuando llega un carruaje en el que viajaba un oidor (Especie de juez: Ministro togado que en las audiencias del reino oía y sentenciaba las causas y pleitos). La Venta estaba llena y así se lo hace saber la posadera, pero dada la importancia del personaje, deciden ceder su propia habitación.

Un inciso: lo curioso es que dice la ventera
-Señor, lo que en ello hay es que no tengo camas; si es que su merced del señor oidor la trae, que sí debe de traer, entre en buen hora; que yo y mi marido nos saldremos de nuestro aposento, por acomodar a su merced.
lo que parece indicar que, como excursionistas de hoy en día, era normal llevar consigo su propia cama para asegurarse el dormir con más comodidad cuando se ponían en viaje. Lo más lógico es suponer que no se trataría del mueble en sí, sino de alguna angarilla o catre facilmente desmontable.
 
El caso es que queda acordado el hacerlo de ese modo y el oidor desciende del carruaje acompañado de una bella joven (¿os dáis cuenta que ninguna mujer de alcurnia es descrita como fea?)
una doncella, al parecer de hasta diez y seis años, vestida de camino, tan bizarra, tan hermosa y tan gallarda, que a todos puso en admiración su vista; de suerte, que a no haber visto a Dorotea, y a Luscinda y Zoraida, que en la venta estaban, creyeran que otra tal hermosura como la desta doncella difícilmente pudiera hallarse.
 
¡Qué casualidad... cómo se enredan las cosas!  Resulta que el oidor es el hermano del cautivo, a quien no reconoce, y surge el problema del orgullo: ¿cómo presentarse, pobre y sin recursos,  ante quien parece gozar de una próspera fortuna y mejor situación? Consulta con su ya amigos y el cura se ofrece a ayudarle.
 
Mientras están cenando, el cura prepara el camino:
 
-Del mesmo nombre de vuestra merced, señor oidor, tuve yo una camarada en Constantinopla, donde estuve cautivo algunos años; la cual camarada era uno de los valientes soldados y capitanes que había en toda la infantería española; pero tanto cuanto tenía de esforzado y valeroso tenía de desdichado.
 
Esto sirve de introducción para contar la historia del cautivo y, como es normal, el hermano se compadece del hermano y tras diversos conciliábulos, todo concluye en el natural abrazo.
 
Una nueva anécdota (una melodiosa voz que oyen) servirá de preámbulo para captar nuestra atención hacia el siguiente capítulo.
 
¡Seguimos!

viernes, 28 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 41.


Capítulo 41:
 Donde todavía prosigue el cautivo su suceso
 
 
Este capítulo es la continuación de la "novelita" en la que Cervantes aprovecha para darnos a conocer cómo era la vida en Argel, la relación padre-hija, las complicaciones que suponía el cambio de religión... intercalado con las peripecias del viaje de huída hacia los reinos cristianos... Cómo son ayudados por un bajel corsario, cómo llegan a Vélez Málaga y cómo el afán de Zoraida de hacerse cristiana les llevó hasta la Venta.

No es una de las mejores historias que en nuestra obra se recogen, pero sí puede ser entretenida y fácil de leer...

¡Seguimos!



martes, 25 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Cap. 40


Capítulo cuadragésimo:
Donde se prosigue la historia del cautivo

Como ya hemos indicado en anteriores ocasiones, no es la poesía el "fuerte" de nuestro sin par autor y aquí vuelve a demostrarlo con estos dos sonetos atribuídos al hermano de don Fernando. ¿Qué opináis del desastroso cambio del verbo para conseguir la rima? (almas dichosas... obrastes).

Se ve que la poesía era una "espinita" para Cervantes, eminente prosista pero menguado poeta. En fin, tras este lapsus metido con calzador en la narración que bien se le puede perdonar, prosigue nuestro autor con las venturas y desventuras del cautivo.



Como ya comenté, la experiencia de Cervantes como cautivo en Argel iba a servir de base a este capítulo, y así es: pronto nuestro cautivo es trasladado allí y, con las concesiones propias al género literario, ya que no es una biografía, Cervantes retrata las penurias que como cautivo debió sufrir él mismo.

De nuevo se mantiene la atención del lector al intercalar esa narración con las peripecias que llevaron al cautivo a conocer a la dama morisca que lo acompañaba, gracias a un manuscrito que...

Pero mejor lo leeis, ¿verdad? :)

No acaba aquí todavía la historia, así que solo queda esperar al próximo capítulo.

¡Seguimos!

viernes, 21 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 39




Capítulo trigésimo noveno:
Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos
 
Comienza el cautivo por el principio, es decir, hablando de su lugar de origen (León) y de su familia.
 
Sucedió que el padre, dado que era rico pero derrochador, reunió a sus tres hijos para comunicarles que repartiría su herencia en vida con la condición de que cada uno siguiera sus consejos en cuanto a qué profesión elegir... y aquí Cervantes nos da una lección histórica sobre los oficios rentables en la época:
 
Hay un refrán en nuestra España, a mi parecer, muy verdadero, como todos lo son, por ser sentencias breves sacadas de la luenga y discreta experiencia; y el que yo digo dice: «Iglesia, o mar, o casa real», como si más claramente dijera: «Quien quisiere valer y ser rico, siga, o la Iglesia, o navegue, ejercitando el arte de la mercancía, o entre a servir a los reyes en sus casas»; porque dicen: «Más vale migaja de rey que merced de señor»
 
No hacen estas palabras sino constatar lo que la historia nos muestra a menudo: los hijos de los nobles (tuvieran vocación o no) iban ocupando cargos según el orden de nacimiento; y así, el primero heredaba el cargo paterno, el segundo ocupaba un cargo en la iglesia y el tercero, mercader. Los restantes ya iban siendo "colocados" según el prestigio e influencia de la familia.
 
Bien, parece ser que en este caso cada uno pudo elegir su opción, y nuestro actual protagonista decidió encaminarse a Génova para seguir la carrera de las armas. 
 
 
Va narrando distintas peripecias, muy interesantes para quien le guste saber de batallas navales en las que participó la armada española de aquel entonces y concluye con su prendimiento., convirtiéndose en cautivo de los turcos, dándose la coincidencia de que allí conoce al hermano de don Fernando, don Pedro de Aguilar. Con las nuevas de dicho alférez recordado por dos sonetos que escribió, y con la promesa de oirlos recitados, nos espera el siguiente capítulo.
 
¡Seguimos!

jueves, 20 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 38.

Capítulo trigésimoctavo:
Que trata del curioso discurso que hizo don Quijote de las armas y las letras

Como ya sabremos, Cervantes fue apodado como "el manco de Lepanto" por haber resultado herido y quedarle inutilizada la mano en esa batalla (7 de octubre de 1571). Se lee en las crónicas:

Cuando se reconosció el armada del Turco, en la dicha batalla naval, el dicho Miguel de Cervantes estaba malo y con calentura, y el dicho capitán... y otros muchos amigos suyos le dijeron que, pues estaba enfermo y con calentura, que estuviese quedo abajo en la cámara de la galera; y el dicho Miguel de Cervantes respondió que qué dirían de él, y que no hacía lo que debía, y que más quería morir peleando por Dios y por su rey, que no meterse so cubierta, y que con su salud... Y peleó como valiente soldado con los dichos turcos en la dicha batalla en el lugar del esquife, como su capitán lo mandó y le dio orden, con otros soldados. Y acabada la batalla, como el señor don Juan supo y entendió cuán bien lo había hecho y peleado el dicho Miguel de Cervantes, le acrescentó y le dio cuatro ducados más de su paga... De la dicha batalla naval salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y en una mano, de que quedó estropeado de la dicha mano.

Y hago esta introducción, como quizás ya os figuraréis, para señalar que -como soldado y como escritor- tiene nuestro autor experiencia y saber suficientes para hablar de estos dos temas -las armas y las letras- con toda autoridad.

Tan bien lo hace que este discurso (1) por sí mismo ya ha merecido destacar en esta ya insigne obra como la joya literaria que es. Pues en él hace repaso a las características del soldado y el escritor con detalle y acierto.

Difícil es resumirlo, sabiendo el tema, por lo que os invito a leerlo con atención, sin que olvidemos que la figura del "soldado-escritor" también existe en personajes como nuestro sin par Garcilaso de la Vega.

En conclusión podríamos decir que no son incompatibles las armas y las letras a pesar de que las unas supongan crueldad y coraje mientras las otras rezuman sensibilidad y paciencia... Lo dicho: mejor lo leéis y así podréis sacar vuestras propias conclusiones.


Por destacar un párrafo de entre los demás, y como muestra, señalo éste:

Y es razón averiguada que aquello que más cuesta se estima y debe de estimar en más. Alcanzar alguno a ser eminente en letras le cuesta tiempo, vigilias, hambre, desnudez, vaguidos de cabeza, indigestiones de estómago, y otras cosas a éstas adherentes, que, en parte, ya las tengo referidas; mas llegar uno por sus términos a ser buen soldado le cuesta todo lo que al estudiante en tanto mayor grado, que no tiene comparación, porque a cada paso está a pique de perder la vida.

Terminado el discurso, toca al cautivo que llegó acompañado por la morisca, contar su historia... sin duda interesante porque algo tendrá de lo que el propio Cervantes pasó, habiendo sido él mismo cautivo en Argel.

¡Seguimos!